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Quiero contarte  porqué existe El mundo como escuela. Porqué dejé mi carrera como Licenciada en Relaciones Públicas y Diseñadora gráfica/ web para dedicarme de lleno a este proyecto optimista de formar ciudadanos universales. Reemplacé la pregunta: «Qué es lo mejor para mis hijos?» y encontré la respuesta a cómo criarlos y acompañar su desarrollo sano, feliz y mejor preparados para el futuro. Este descubrimiento y filosofía de vida me llevo a crear esta comunidad de padres consientes. Los hábitos viajeros, mi experiencia, investigación e intuición dieron lugar a esta nueva forma de vida. 

Cómo surgió la necesidad de crear el Mundo como escuela?

Mi enfoque comenzó con mi propia experiencia como viajera y madre dedicada. Al igual que muchas otras familias, enfrenté desafíos únicos mientras criaba a mis hijos en diferentes lugares del mundo. Fue entonces cuando me di cuenta de que necesitaba recursos y comunidad para ayudarme en este viaje. Empecé a compartir mis experiencias en redes sociales y en el blog y rápidamente me di cuenta de que había una necesidad creciente en el cambio de paradigma de la educación tradicional. Decidí expandir mi alcance para ayudar a los padres a criar hijos flexibles, resilientes y mejor preparados para un futuro incierto.

Cuál es mi fundamento para El mundo como escuela?

En el 2022 emigré de Argentina a España buscando un futuro mejor para mis hijos y nuestra adultez. Hasta entonces mi fundamento para irme se basaba en la búsqueda de seguridad, proyección y estabilidad emocional, financiera y social, o sea…una mejor calidad de vida. Una vez instalados en la nueva ciudad, empezamos la búsqueda de colegio para nuestros hijos de 1 y 4 años. Nunca antes nos había tocado decidir sobre su educación fuera de casa y me encontraba con tantas opciones condicionantes que no sabía qué hacer, intentando elegir correctamente lo mejor para ellos; al fin y al cabo vinimos buscando un futuro más prometedor! Analicé todas las opciones: Endeudarme para pagar un colegio privado, inscribirlos a un colegio religioso yendo en contra de mis valores ateos, u optar por un público en el que haya “buen ambiente”. Terminé eligiendo la última opción, pero estuve semanas eternas preguntándome si había tomado la decisión correcta. Nunca lo sabré. Empecé a obsesionarme con la crianza y la educación de mis hijos, pensaba cada uno de los actos diarios como una decisión determinante. Compré muchísimos libros de crianza, me vi mil charlas TED y escuché varios podcast. Necesitaba saber exactamente cómo actuar y cómo tomar las decisiones adecuadas. Pero un día por la mañana, después de dejar a mis niños en el cole, escuché “Quememos los bosques” en el podcast “Aprender de grandes” y me di cuenta que había formulado mal la pregunta desde el momento en que fui madre.

Mi pregunta era: Qué es lo mejor para mis hijos?

Las respuestas: En primer lugar tener libertad de elección y posibilidad de decisión sobre su futuro. Ser felices. Estar más cerca de la naturaleza. Tener posibilidades de desarrollo profesional, vivir sin inseguridad ni tanto estrés, tener mayor estabilidad económica, vivir con reglas claras y respetadas. Mi acción: Emigrar a un país que me brinde la posibilidad de encontrar aquello que busco. En donde la consecución de los logros depende, en gran medida, de mi esfuerzo, mi actitud y mi compromiso. Y aunque lo anterior es totalmente válido, me di cuenta que tanto la pregunta como la respuesta las había formulado yo. Y mis hijos no son yo. Estaba respondiendo únicamente a lo que yo creo que es mejor para mí y mi familia en determinado momento, pero esto no garantiza que sea lo mejor para el futuro de ellos. Tal vez a sus 18 me reclamen por haberlos separado de sus abuelos, se quejen por haber sustituido el asado por la paella o me recriminen por elegir flamenco ante tango. Capaz al sacarlos de Argentina les quité la posibilidad de desarrollar su ingenio criollo que los ayudaría tanto para hacer frente a la vida. Tal vez la afectividad y las relaciones humanas fuesen mejor allá que acá. No lo sé ni nunca lo sabré. Como Andrés se plantea en el capítulo del podcast antes mencionado; mis decisiones puede que disientan de la forma en la que ellos elijan vivir su vida o incluso influyan negativamente en su futuro. Entonces cambié la pregunta, las respuestas y mi accionar.

La pregunta que me hago ahora es…

En vez de “que es lo mejor para mis hijos?”, ahora me pregunto: ¿Qué puedo hacer por mis hijos para ayudarlos a encontrar su verdadero camino, su verdadero propósito y que sean felices con la vida que elijan. Con quien sea, cómo sea y dónde sea. Las respuestas son: Transmitirles valores de empatía y respeto por la diversidad. Predicar que el equilibrio de la humanidad no está en la igualdad sino en entender, valorar y disfrutar las diferencias. Que cada uno es único y eso los hace maravillosos. Enseñarles a ser flexibles. Ayudarlos a sentirse cómodos aun estando incomodos para ser más adaptable a los cambios y estar mejor preparados para el futuro. Reemplazar el miedo por la curiosidad. Acompañarlos a encontrar caminos alternativos. Encarar los cambios como oportunidades. Dar el ejemplo. Mis acciones: Criarlos con hábitos viajeros (que no incluyen necesariamente moverse sino más bien movilizarse). Darles herramientas tanto tradicionales como alternativas complementando su educación tradicional con la filosofía del worldschooling / el mundo como escuela. Viajar por el mundo cada vez que se pueda, perderse en la montaña, conocer culturas. Participar de eventos multiculturales, encuentros o celebraciones. Cocinar juntos comidas de otras partes del mundo. Leer sobre tradiciones y costumbres ajenas. Leer de historia. Mirar mapas. Jugar a los exploradores. Escuchar música nueva. Conocer de religiones.

El motor de El mundo como escuela

Uniendo mi experiencia materna, viajera, la investigación, el amor y la intuición me he dado cuenta que los recursos que aprendí por el mundo me guiarán y ayudarán a acompañar a mis hijos a encontrar su verdadero camino en la vida. Mira que importante hacerse las preguntas correctas para vivir una vida consiente y alineada! Esa es la historia del porqué existe el Mundo como escuela y porqué creo que las preguntas son determinantes en la vida de todos nosotros. Me encantaría que me dejes en los comentarios tu opinión, tus preguntas, tu visión sobre cómo te planteas la crianza de tus hijos para así retroalimentar nuestra experiencia como padres, madres y cuidadores de los adultos del futuro. Creo que a cada persona lo motiva algo diferente, el propósito de cada uno es tan único como cada uno de nosotros; sin embargo, la felicidad de nuestros hijos es sin duda el fin común. Por eso te invito a tí a hacerte preguntas que desafíen tus pensamientos más profundos y a brindar claridad a tu viaje de la vida y la crianza. Puedes descargar nuestra guía gratuita de 25 pequeñas preguntas, que te sorprenderán el gran impacto que tienen. Recuerda que los pequeños cambios conducen logros grandes y duraderos.