¿Cómo hacer que nos vaya bien en el siglo XXI?
¿El que mucho abarca poco aprieta? Todos aquellos que tenemos una curiosidad insaciable hemos enfrentado en algún momento la angustia de tener que escoger. Incluso antes de alcanzar la mayoría de edad, nos vemos obligados a elegir lo que “haremos” o “seremos” el resto de nuestras vidas. Abogados, médicos, diseñadores, Ingenieros o músicos; no podemos elegir un poco de todo porque el mundo no funciona así. Necesitamos especializarnos, ser expertos en algo, porque el que mucho abarca poco aprieta, y entonces fragmentamos nuestros intereses y elegimos potenciar solo uno de ellos, dejando todo lo demás en la melancolía del no poder hacerlo, porque necesitamos funcionar para el mundo.
Yo soy relacionista pública, diseñadora gráfica, organizadora de eventos y desarrollo páginas web. Soy cantante de ducha, escritora, lectora, viajera, aspirante a filosofa, curiosa insaciable, planificadora de viajes, fantasióloga y eterna madre aprendiz. Me paso horas modificando mi perfil de LinkedIn porque no puedo presentar un perfil único que le interese a todo el que lee.
¿Les ha pasado no poder presentarse ante alguien nuevo? Tener dudas de cómo redactar el currículo o no saber qué poner en la tarjeta personal? ¿Sabes mucho de algo o un poco de todo? En este artículo exploramos la polimatía, la “Monomatía” y cómo podemos repensar la crianza de nuestros niños para que nos vaya bien en el siglo XXI.
Índice
Polímata vs Especializados
Se le llama polímata a una persona que ha adquirido un gran conocimiento y habilidades en múltiples áreas del saber. En el siglo XV, el polímata Leonardo da Vinci, maestro, pintor, escultor, ingeniero, anatomista, arquitecto, músico, matemático, inventor y escritor dejó un legado en cada uno de estos campos, creando obras de arte icónicas como «La Mona Lisa» y «La Última Cena», así como esbozos de innovaciones técnicas que estaban siglos adelantadas a su tiempo. Su insaciable curiosidad y capacidad para integrar conocimientos de diversas áreas lo convierten en el arquetipo del polímata.
La valoración de la polimatía en la antigüedad y el cambio hacia la especialización más recientemente reflejan diferentes enfoques culturales y necesidades socioeconómicas a lo largo del tiempo.
En la antigüedad, especialmente durante períodos como el Renacimiento, se valoraba la polimatía debido a la creencia del «hombre universal» que apreciaba la conexión entre diversas disciplinas, y se creía que una mente versátil y bien educada era esencial para el progreso humano.
Sin embargo, con el avance de la ciencia y la tecnología, y el crecimiento de la complejidad en muchos campos del saber, la especialización se ha vuelto más común y necesaria. En la actualidad, el conocimiento en áreas como la medicina, la ingeniería y la informática es tan vasto que se requiere un enfoque más estrecho para adquirir una comprensión profunda y avanzar en esos campos.
Adam Smith y Alexis de Tocqueville (pensadores cuyas obras influyeron significativamente en la comprensión de la sociedad y la economía) notaron que el avance del capitalismo y la división del trabajo demasiado estrictas causaban «mutilación mental»; porque si bien aumentaba la eficiencia en la producción, reducía la creatividad y el desarrollo mental de los trabajadores. En un entorno altamente especializado, los individuos pueden perder la capacidad de ver más allá de sus roles específicos y desarrollar una comprensión más amplia del mundo. Esto puede llevar a una mentalidad estrecha y a una falta de adaptabilidad frente a desafíos que requieren una perspectiva más holística.
Por lo tanto, aunque la especialización puede ser necesaria en ciertos campos, también es importante reconocer los riesgos asociados con una excesiva fragmentación del conocimiento y la experiencia.
Polimatía: Saber un poco acerca de todo
En la actualidad la hiper-especialización está hiper-fomentada. Los más exitosos a nuestro alrededor suelen ser monómatas obsesivos: abogados especializados, filósofos especializados, científicos especializados. Y cuanto más nos especializamos, más nos diferenciamos y más dinero es probable que ganemos.
Cada vez que alguien me pregunta a qué me dedico, comienzo con: «eh…Soy Licenciada en RR.PP pero…» y me encuentro en la encrucijada de describir lo que hago. Una mezcla peculiar de habilidades técnicas, pasiones y formación teórica.
Sin embargo, durante mi experiencia en Nueva Zelanda, mientras participaba en el programa de Work and Holiday con tres títulos universitarios pero sin empleo, me lancé a buscar trabajo en bares, restaurantes, hoteles, administración o cualquier cosa que estuviera disponible. Durante las entrevistas, cuando me preguntaban por ejemplo si podía hacer café, (el Art coffee es algo muy preciado en Nueva Zelanda), en lugar de decir que no, respondía afirmativamente. Observaba atentamente a otros mientras lo preparaban y, poco a poco, ganaba habilidad en la tarea. Lo mismo ocurría en otros trabajos; al decir que sí a nuevas tareas, tenía la oportunidad de aprender y, aunque quizás no me convertía en Sam Low, en la mejor o más experta, tenía la versatilidad para desempeñarme en diversos ámbitos laborales.
El verdadero maestro no tiene herramientas en absoluto, solo una capacidad ilimitada para improvisar con lo que tiene a mano. Cuantos más campos de conocimiento cubramos, mayores serán nuestros recursos para improvisar.
Claro que no debemos menospreciar a los especialistas, cuyo conocimiento profundo impulsa avances significativos en la ciencia. En cambio, necesitamos una nueva generación de generalistas que puedan contextualizar y conectar diversas ideas dentro de un marco más amplio de conocimiento. La verdadera comprensión surge cuando podemos integrar ideas aparentemente dispares en el tejido del saber humano.
Definición de polímata
Según la Real Academia Española un Polímata es una persona con grandes conocimientos en diversas materias científicas o humanísticas.
El término polímata proviene del griego y describe a individuos como Leonardo da Vinci, Isaac Newton y, por supuesto, Thomas Jefferson, conocidos por su curiosidad ilimitada y habilidades en múltiples disciplinas. A lo largo de la historia, estos genios han sido fundamentales para el progreso humano, pero su presencia parece disminuir en la era moderna, donde la especialización es más valorada que la amplitud de conocimientos. Sin embargo, la polimatía sigue siendo relevante y necesaria, ya que los polímatas verdaderos continúan siendo fuentes de sabiduría en un mundo donde el conocimiento está fácilmente disponible pero la profundidad y el discernimiento son cada vez más escasos.
Para Robert Twigger, poeta, escritor y explorador, los humanos somos “polímatas naturales” que explotamos mejor nuestras capacidades cuando nos dedicamos a varias cosas.
Educando para el éxito en el Siglo XXI
Me pregunto qué rol juega la educación tradicional y sobre todo cómo estamos estimulando -o desestimando- a los más chicos a seguir su instinto de curiosidad y explorar distintos caminos. Si bien en los últimos años el paradigma educativo ha ido modificando algunas cuestiones centrales en la forma de concebir el aprendizaje y la transmisión de saberes, de la mano de Internet y el crecimiento del autodidactismo, todavía sufrimos el impacto de nuestro pasado culto al “monómata”.
Pero resulta que éste quizás sea el mejor momento de la historia para aprender sobre casi cualquier cosa, sumado a una creciente complejidad que demanda tanto en el mercado como en la vida la necesidad de adquirir una multiplicidad de habilidades, o mejor dicho, una mente versátil y flexible para poder aprender de todo un poco y adaptarse a lo que cada situación requiera.
Valentín Muro, creador de “cómo funcionan las cosas”, filósofo, programador, emprendedor, conferencista y escritor dice que tenemos que educar pensando en la habilidad más importante que podemos darle a nuestros hijos: la habilidad de adquirir nuevas habilidades, o como lo llamo yo: “Aprender a aprender”.
Qué deben estudiar nuestros hijos para que nos vaya bien en el siglo XXI?
Limitar a nuestros hijos al decirles que ciertos conocimientos no les servirán, es privarles de un mundo de posibilidades.
Porque ser relacionista pública no me impide ser bartender. O por ser planificadora de viajes no soy peor diseñadora. Un triatleta puede ser un buen abogado, médico o contador y un ingeniero civil puede ser un buen músico.
Nunca fue más fácil, en la historia de la humanidad, aprender como lo es ahora. En la época de Da Vinci su acceso a la información en gran parte fue posible dada su posición social. Hoy, la posibilidad de aprender lo que sea está dada por el acceso a una conexión a internet, un carnet de biblioteca y el deseo de aprender.
Claro que no propongo compararnos con Da Vinci. Tener una gran curiosidad difícilmente nos proclame polímatas. Lo que quiero decir es que los que disfrutamos leer sobre cualquier cosa y pasamos horas entre Google, Wikipedia, documentales y libros profundizando superficialmente en una temática que llamó nuestra atención nos convierte en salvaguardas de la humanidad. Porque al permitirnos explorar múltiples campos ampliamos nuestro entendimiento del mundo.
El polimatismo es una idea a la que estoy bastante comprometida en la educación de los niños. No creo en la especialización excesivamente estricta. Es demasiado limitante. Por eso incentivo a mis hijos a explorar diversidad de temas y campos. Juntos descubrimos soluciones y respuestas que no habríamos descubierto si todos estuviéramos atrapados en nuestros círculos de interés y conocimiento.
Difundir esta idea puede ser un gran camino hacia la innovación.
Pero la gente necesita profesionales creíbles. Necesitan un experto, de lo contrario, ¿por qué alguien escucharía? Yo pienso: ¿Qué podrían ofrecer los fontaneros a la cardiología? ¿Qué ideas podrían aportar los físicos a las relaciones internacionales? El polimatismo es en gran medida una fuerza sin explotar en la práctica laboral y personal, pero también es el futuro de la resolución de problemas.
Por mi parte, sigo sin poder terminar mi perfil en LinkedIn. Porque abrazo y educo con una mentalidad polímata para enriquecer nuestras vidas y contribuir al progreso humano. Una mentalidad abierta que valore la diversidad de conocimientos y experiencias. Esto no solo nos permite resolver problemas de manera más efectiva, sino que también promueve un enfoque más holístico y colaborativo para abordar los desafíos del mundo actual y futuro.
Leave a Reply
Want to join the discussion?Feel free to contribute!