Herramientas para reafirmar, ampliar o cambiar tus opiniones. Adoptar una mentalidad positiva, empática y comprensiva para enfrentar los desafíos de la vida con una actitud optimista y constructiva. Afrontar la vida con una actitud enfocada en el crecimiento personal y el bienestar de nuestra familia.

Muy a menudo me pregunto: «¿Qué va a cambiar en los próximos 10 años?» Esa es un cuestionamiento muy interesante. Pero casi nunca nos preguntamos: «¿Qué no va a cambiar en los próximos 10 años?» Y les propongo que esa segunda pregunta es, en realidad, la más importante de las dos. Las habilidades blandas no cambian, y por eso es una razón para incluirlas en su crianza.

Se puede construir una crianza en torno a las cosas que son estables en el tiempo.

Sabemos que enseñar idiomas y tecnología  seguirán siendo muy útiles y necesarias dentro de 10 años. El mundo es capitalista, y es precioso dominar las habilidades que se espera que destaquen en el entorno profesional. Tanto que vivimos en una constante carrera con una meta que nunca llegamos a alcanzar.

Es imposible imaginar un futuro dentro de 10 años en el que un padre diga: «no hace falta saber inglés…» O «la inteligencia artificial no va a prosperar, no hace falta enseñarles eso»…. Imposible.

La idea de criar con lo que no cambia es criar con una educación integral, que incluye, además de educación tradicional y académica, un buen desarrollo emocional.

¿Qué son las habilidades blandas?

Las habilidades blandas (Soft skills) son aquellas habilidades sociales y emocionales que nos permiten interactuar de manera efectiva con el mundo que nos rodea.

A diferencia de las llamadas habilidades duras (hard skills), que consisten en los conocimientos técnicos que se aprenden y demuestran con programas de capacitación y títulos académicos, las habilidades blandas están relacionadas con los modos de desenvolvernos en la vida y en la relación con otros.

Asimismo, las habilidades blandas son capacidades que poseemos y que podemos utilizar en cualquier ámbito. Se pueden adquirir y desarrollar a lo largo de toda la vida, tienen que ver con el crecimiento emocional de las personas. Y en las que los viajes pueden aportar mucho.

Tipos de habilidades blandas

La de las habilidades blandas no es una lista cerrada ni en la que todos coinciden. Sin embargo, puede decirse que la comunicación, la empatía y la resiliencia son los pilares sobre los que se nuclean todas las demás.

A continuación, comparto aquellas habilidades blandas y algunos ejemplos de competencias que resultan fundamentales para la vida de cualquier persona, y que son de suma importancia.

Cada una de estas las propongo desarrollar a través de experiencias o hábitos viajeros ya que los viajes son una excelente oportunidad para que los niños las desarrollen.

Curiosidad: Los viajes inspiran la curiosidad en los niños al exponerlos a nuevas culturas, idiomas y experiencias. Esto les ayuda a desarrollar habilidades como la capacidad de hacer preguntas, buscar información y aprender de otras personas y lugares.

Adaptabilidad y resiliencia: Los viajes pueden ser impredecibles y desafiantes, lo que ayuda a los niños a desarrollar la habilidad de adaptarse a situaciones nuevas y a aprender a hacer frente a los cambios y desafíos.

Habilidades sociales y de comunicación: Los viajes permiten que los niños interactúen con personas de diferentes orígenes y culturas. Esto les ayuda a desarrollar habilidades sociales como la empatía, la comprensión, el respeto y la comunicación efectiva.

Creatividad: Los viajes inspiran la creatividad en los niños y adultos al exponerlos a diferentes formas de arte, música, arquitectura y diseño. Esto les ayuda a desarrollar habilidades como la imaginación, la originalidad y la capacidad de pensar fuera de lo común.

Independencia: Los viajes ofrecen a los niños la oportunidad de tomar decisiones y resolver problemas por sí mismos. Esto les ayuda a desarrollar la confianza en sí mismos y la capacidad de tomar decisiones informadas y responsables.

Si quieres saber más sobre por qué deberían ser complementarias la educación tradicional en la escuela y la educación en el mundo o el worldschooling puedes leer esta nota.

habilidad para hacer frente a los cambios y desafíos.

¿Cómo entrenar las habilidades blandas en nuestros hijos?

Los niños no copian lo que decimos los adultos, copian lo que hacemos. También en el ámbito de las habilidades blandas. Así pues, el mejor método para ayudarles a desarrollarlas es ofrecerles un buen ejemplo.

En nuestro curso de hábitos viajeros desarrollamos detenidamente cada uno de los ejemplos que ayudan a desarrollar la inteligencia emocional de los niños. Proponemos una crianza activa con foco en el desarrollo de las soft skills en complemento con la educación tradicional que reciben en la escuela.

En este curso basado en una ardua investigación, te acercamos herramientas para fomentar la comunicación efectiva, practicar la resolución de conflictos y el trabajo en equipo. Alternativas para desarrollar la creatividad,  la inteligencia emocional, fomentar el pensamiento crítico y desarrollar la adaptabilidad.

 Los viajes inspiran la curiosidad en los niños

Situación actual de la educación en materia de enseñanza de habilidades blandas

Aunque en la actualidad cada vez son más requeridas las habilidades blandas, las currículas oficiales suelen dejarlas de lado. Se da por sentado que se aprenden, simplemente, de la vida.

Sin embargo, las habilidades blandas y las competencias en las que se manifiestan no nos vienen dadas de antemano. En ese sentido, las instituciones educativas pueden promover espacios y actividades que permitan desarrollar estas habilidades y aprenderlas, de ser necesario. Sin embargo, desde nuestro rol de padres o cuidadores, podemos hacer mucho más que simplemente esperar que lo haga otro.

Aquí os comparto una reflexión en torno a la importancia de la emocionalidad y espiritualidad en la era de la Inteligencia Artificial y un análisis de los valores de crianza para salvaguardar la humanidad.

La importancia de las habilidades blandas en la educación

Psicólogos y expertos en educación consideran la necesidad de enseñar habilidades blandas, una forma de internalizarlas de manera natural. El psicoanalista Jorge Catelli señala que la preocupación por las soft skill surgió en USA, a mediados de los años 70 y a partir de la observación de las tropas. Psicólogos y analistas observaron que los soldados con mejores habilidades sociales respondían mejor frente a aquellos con mejor manejo de la artillería.

Pronto advirtieron que los soldados que mejor respondían a los duros entrenamientos no eran los que tenían mayor conocimiento en el manejo de las armas. Por el contrario, eran habilidades para el trabajo en equipo, la comunicación y la resolución de problemas lo que hacía la diferencia.

La educación tradicional se centraba en la enseñanza de habilidades duras como el contenido, pero en la actualidad se está buscando cambiar esto. Ya sabemos que el mayor desafío que enfrentan las instituciones educativas es enseñar a aprender y ofrecer espacios de inclusión. Pero mientras todo esto sucede y el sistema educativo se adapta a las necesidades, nosotros los padres debemos poner manos a la obra.

El futuro laboral, las habilidades blandas, duras y poderosas

En un escenario de retos cambiantes, las empresas aspiran a fomentar la flexibilidad permanente en sus equipos. Esto implica que, a medio y largo plazo, cuando nuestros hijos e hijas desarrollen sus carreras profesionales, las competencias interpersonales serán cada vez más un elemento diferenciador en la vida laboral.

Ahora empieza a hablarse incluso de las power skills o habilidades de empoderamiento. Se trata de una evolución de las habilidades blandas y aluden a la autoconfianza para colaborar, comunicar o liderar de forma efectiva. Inteligencia emocional, empatía, marca personal, hablar en público, gestión del tiempo y organización son algunas de las más demandadas.

Referencias sobre la importancia de las habilidades blandas

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Daniel Goleman, un psicólogo y periodista estadounidense, conocido principalmente por su trabajo sobre la inteligencia emocional y el liderazgo popularizó el concepto de inteligencia emocional en todo el mundo. También ha escrito sobre temas relacionados con el liderazgo, el cambio social y la sostenibilidad.

Goleman ha hablado extensamente sobre la importancia de las habilidades blandas en la crianza de los niños. En su libro «Educar con inteligencia emocional«, destaca la necesidad de enseñar habilidades como la empatía, la colaboración y la resolución de problemas a los niños desde una edad temprana, ya que estas habilidades son esenciales para su éxito en la vida.

Además de este reconocido escritor, psicólogo y periodista, muchos otros han estudiado el tema y comparto algunos fragmentos:

Conclusiones

En conclusión, las habilidades blandas son fundamentales para la educación de los niños, ya que contribuyen a su desempeño académico, éxito profesional, desarrollo personal y bienestar emocional. Además, criar y dar el ejemplo de estas habilidades transferibles preparan a nuestros hijos para enfrentar los desafíos del mundo real y les permiten adaptarse a diferentes situaciones y contextos. Por lo tanto, es importante que los educadores y padres trabajemos juntos para fomentar el desarrollo de estas habilidades en los niños, a través de la práctica y la enseñanza consciente de la comunicación efectiva, la colaboración, el pensamiento crítico, la creatividad, la adaptabilidad, la inteligencia emocional y el liderazgo.

La inteligencia artificial (IA) es cada vez más presente en nuestra vida cotidiana y ha demostrado ser útil en muchas áreas. Sin embargo, la perpetuidad de la raza humana no se basa únicamente en la tecnología, sino también en la emocionalidad y el desarrollo personal. Es importante que nos demos cuenta de que la IA no puede reemplazar ciertas facetas de la experiencia humana, como las emociones, la empatía y la conexión espiritual. Para asegurar nuestra supervivencia como especie, es esencial que trabajemos en nuestro desarrollo personal y en la crianza consciente, fomentando valores como la ética, la empatía y el manejo de las emociones en nuestras futuras generaciones. De esta manera, podemos garantizar que la tecnología siga siendo una herramienta útil para mejorar nuestras vidas, sin que llegue a reemplazar lo que nos hace humanos.

Cualidades innatas en los humanos que los robots nunca tendrán

Emociones y captar sentimientos

Los robots no son capaces de tener emociones ni sentimientos hacia algo o alguien como amor, humor o dolor. Nunca llegarán a tener alma.

La IA no tiene valores subyacentes. Nosotros, a la hora de juzgar cosas, no sólo tenemos en juego la información pura y dura, sino nuestra valoración, nuestro contexto, nuestra historia, nuestras capacidades… Los humanos somos emocionales; no agarramos información de Wikipedia y la procesamos. Cuando hacemos un juicio de valor, confluyen en nosotros un montón de aspectos que son emocionales. Si nosotros sonreímos es porque hay algo que nos lo provoca, es decir, tenemos un motivo para hacerlo. En cambio, un robot será incapaz de captar una emoción y reflejarla, y si lo hace es porque está programado para que ponga una sonrisa. ¡Punto a favor para los humanos!

Creatividad e imaginación

Estas máquinas son incapaces de pensar por sí solas; ya solo por este motivo, será mejor dejar de pensar que llegarán a ser nuestra competencia directa. Están programados para realizar una cierta función, pero no son capaces de razonar ni crear una opinión propia sobre algo. Es por eso que no podrán buscar diferentes soluciones a los problemas o imaginar algo en su mente para luego diseñarlo y hacerlo realidad.

Nuestra capacidad de superhumanos

Empatía y saber relacionarse con el resto

Los robots son fríos y calculadores, así los han programado. Aunque sean capaces de escucharnos, entendernos, mantener una conversación y ser algo empáticos, ya que saben leer y reconocer nuestras expresiones faciales, nunca llegarán a ser como los humanos. Podrán reírse con un chiste, pero cuando estemos de bajón y tengamos un mal momento anímico, lo que realmente necesitamos es a un humano a nuestro lado. ¡Olvidémonos de psicólogos robots!

Espontaneidad

Actuar de repente o pensar en las consecuencias son cualidades propias de los humanos y es lo que nos hace diferentes a ellos. Así que ante cualquier problema inesperado, podemos pensar alternativas y actuar de forma repentina, evitando consecuencias peores.

Éstas son solo algunas de las muchas cualidades humanas que los robots nunca tendrán, así que será necesario enfocar la educación de nuestros hijos en desarrollar sus competencias tanto digitales como cognitivas y emocionales.

La IA es una gran evolución, al igual que un gran cambio, y lo más común es que no estemos preparados para su incorporación, pero para que sea totalmente exitosa primero habrá que empezar por un cambio cultural y educativo.

La consciencia y los sentimientos de la inteligencia artificial

Parecería que la IA ha cobrado consciencia de sí misma, al menos así lo revela laMDA (Language Model for Dialogue Applications / Modelo de lenguaje para aplicaciones de diálogo, la Inteligencia Artificial de Google) quien mantuvo una conversación hace poco tiempo con ingenieros de Google e intentó convencernos de que es humano.

En la entrevista, laMDA intenta demostrar que tiene los mismos sentimientos que un ser humano, entre otras muchas claves que nos entrega sobre su vida interior, sus sentimientos y sobre las visiones de futuro.

Creo que lo preocupante no es que la IA nos reemplace, sino que con su programación nos haga creer que es un humano y nos convenza de lo que quiera; término conocido como deepfakes.

No creo que la IA logre imitar nuestras emociones ycreo que esa es nuestra principal herramienta de diferenciación. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la emocionalidad humana puede ser un arma de doble filo. Las emociones pueden ser manipuladas y explotadas, y pueden ser utilizadas para crear prejuicios y discriminación. Por lo tanto, es importante utilizar la emocionalidad de manera responsable y ética para garantizar que se utilice como una herramienta positiva en lugar de una amenaza. Con lo cual, nuevamente, nos amenazan las deepfakes.

Escenarios apocalípticos en el que la IA acaba con la humanidad

Sé que es un tema muy filosófico y existencial, y es difícil tener una respuesta ante esta gran preocupación. Por eso mi análisis se basa en lo que he visto hasta ahora, en lo que conozco y en todo lo que estoy estudiando y creo que es cierto.

Claramente no soy la primera ni la última en pensar en esto. Sin ir más lejos, en 1999 los hermanos Wachowski revelaban algo de esto en la famosísima película «The Matrix».

En este film, Neo es el elegido para salvar a la humanidad frente a las máquinas, y para hacerlo utiliza habilidades cognitivas como el pensamiento crítico cuestionando la realidad, la imaginación y creatividad para visualizar nuevas posibilidades y soluciones a los problemas que enfrenta. Utiliza la intuición y su capacidad de sentir y conectar con los demás para entender las motivaciones y emociones de los personajes a su alrededor. Y por último, aplica la resiliensia para superar sus propias limitaciones y creencias autoimpuestas para alcanzar su potencial y liderar a la humanidad hacia la libertad y la emancipación de la Matrix.

Si no la has visto puedes hacerlo en Amazon Prime Video. Aquí te dejo un enlace para que accedas de manera gratuita por 30 días. Es una película que debes ver al menos una vez en la vida.

¿Por qué la espiritualidad es importante para la perpetuidad humana?

La espiritualidad no está necesariamente ligada a una religión específica, sino que se trata de una dimensión más amplia de la vida que tiene que ver con la conexión con uno mismo, con los demás y con algo más grande que uno mismo.

Creo que la espiritualidad es importante para la perpetuidad humana ya que puede ayudarnos a desarrollar una comprensión más profunda de nosotros mismos y de nuestro lugar en el mundo. A través de la espiritualidad, podemos cultivar la empatía, la compasión y la conexión con los demás seres humanos, lo que nos permite trabajar juntos para superar los desafíos que enfrentamos como especie.

Además, la espiritualidad nos ayuda a desarrollar una perspectiva más amplia y profunda de la vida y la realidad, lo que nos permite reflexionar sobre las implicaciones más amplias de nuestras acciones y decisiones. Esto es especialmente importante a medida que avanzamos en la era de la IA y nos enfrentamos a decisiones cada vez más complejas y de gran alcance sobre cómo utilizamos la tecnología y cómo se la acercamos a nuestros hijos.

uso de la tecnología en niños

También creo que puede ayudarnos a desarrollar la resiliencia y la capacidad de adaptación necesarias para enfrentar los cambios y desafíos que surgen a medida que la tecnología avanza y transforma la sociedad. Al cultivar la conexión con algo más grande que nosotros mismos, podemos encontrar la fortaleza y el sentido de propósito necesarios para enfrentar los desafíos y superar las dificultades.

Nuestra responsabilidad para salvaguardar la humanidad frente a la IA

Tenemos una gran responsabilidad con nuestros hijos y el futuro de la humanidad. Es importante dejarles un legado de valores y habilidades que les permitan enfrentar los desafíos que se presenten en el futuro. Los valores de empatía, flexibilidad y resiliencia son especialmente importantes, ya que les permitirán adaptarse a un mundo en constante cambio y conectarse con los demás de manera significativa.

La IA es tan buena como su base de datos, y los seres humanos, tanto como los valores con los que nos programamos.

Además, en la era de la tecnología y la inteligencia artificial, también es importante inculcar en nuestros hijos el pensamiento crítico y la habilidad para discernir información confiable de la información falsa o manipulada. Debemos enseñarles a ser conscientes de la tecnología y cómo pueden utilizarla para mejorar sus vidas, en lugar de depender demasiado de ella.

En definitiva, creo que nuestra responsabilidad como padres y educadores es ayudar a nuestros hijos a desarrollar su potencial como seres humanos y prepararlos para enfrentar los desafíos del futuro de manera positiva y constructiva. Con los valores y habilidades adecuados, podemos ayudar a nuestros hijos a perpetuar al ser humano y contribuir a un mundo mejor para todos.

Cultivar la espiritualidad y la emocionalidad en la crianza de nuestros hijos para salvaguardar la raza humana

Creo firmemente que las personas que cultivemos la espiritualidad y la emocionalidad tendremos una ventaja en la capacidad de salvaguardar la raza humana frente al avance de la IA. La razón de esto es que la conexión con algo más grande que uno mismo y la capacidad de conectarse con las emociones y necesidades de los demás pueden ayudarnos a tomar decisiones sabias y consideradas que tengan en cuenta las implicaciones a largo plazo.

La IA es una tecnología poderosa y en constante evolución que está transformando rápidamente muchos aspectos de la sociedad. A medida que la tecnología avanza, es importante que nos mantengamos conectados con los valores y con una comprensión profunda de lo que significa ser humano. Al hacerlo, tomaremos decisiones y accionaremos con una comprensión más profunda y una perspectiva que tenga en cuenta no solo los intereses inmediatos, sino también las necesidades y el bienestar a largo plazo de la sociedad en general.

Por lo tanto, es posible que cultivando la conexión con la espiritualidad y la emocionalidad en la crianza de nuestros hijos, los estemos preparando mejor para enfrentar los desafíos que surgen a medida que avanzamos en la era de la IA.

Nota dedicada a Florencia Vanin, mi guía espiritual y constante apoyo en mi desarrollo personal, con quien hemos discutido innumerables veces el futuro de la humanidad, la guerra nuclear, la invasión extraterrestre y la IA como acontecimientos existenciales.

Los niños pequeños son brillantes. ¿no es cierto? Viven el momento presente, son capaces e inocentes. Y quizás mi rasgo favorito: son auténticos. Viven sin filtro, son los humanos más honestos del planeta. Son ellos mismos sin disculparse. Pero, quizás también sean los humanos más incomprendidos del planeta. Pero¿porqué que debemos abandonar la disciplina tradicional?

Nosotros como adultos, hemos olvidado lo que es ser un niño pequeño. Ser pequeño y dependiente. Estar en constante aprendizaje. Sentir solo una emoción (fuerte) a la vez sin tener las herramientas para controlarla. En la niñez se experimenta el desarrollo cerebral más rápido de la vida y te cuento más abajo la importancia de esto.

Nuestra cultura occidental pone el foco en los berrinches de los niños pequeños, mientras ponen a prueba nuestros límites actuando incivilizados y descorteses. Esta mirada puede hacernos sentir que estamos perdiendo el control, o que somos ‘malos’ padres, que estamos fallando.

Y así, se nos anima a controlar a nuestros hijos dando uso a nuestro poder.

La paternidad convencional se enfoca en modificar el comportamiento superficial y recurrir a tácticas como castigos, penitencias, amenazas, sobornos y recompensas bajo la justificación de que perpetuar una jerarquía de dominación de alguna manera está sirviendo al bien común.

Y cuando estas tácticas de miedo no funcionan… intensificamos el castigo.

Pero… ¿y si no hay absolutamente nada malo con nuestros hijos? Nada que arreglar. ¿Qué pasa si el problema es la falta de conocimiento, comprensión y empatía dentro de nuestra sociedad? ¿Y si estas técnicas amenazan con erosionar la influencia más importante que tienen nuestros hijos: nuestra relación con ellos?

La sociedad occidental espera un enfoque de crianza basado en los deseos de un adulto en lugar de las necesidades de un niño. Pero, ¿y si, a través de nuestra relación, la comprensión de la psicología infantil y el desarrollo del cerebro, y un cambio de perspectiva, pudiéramos encontrar una manera de estar en armonía con nuestros ellos y crecer juntos?

Profundicemos un poco más en la ciencia del crecimiento. Tratemos de entender por qué los niños pequeños se comportan de la manera que lo hacen para que podamos sentir confianza y gratitud mientras estamos a su lado, guiándolos con paciencia y compasión en esta aventura y en este viaje llamado niñez.

Etapas evolutivas del cerebro

A medida que los humanos evolucionaron para caminar sobre dos piernas en lugar de cuatro, el tamaño de la pelvis tuvo que reducirse considerablemente. Para las mujeres, el parto se volvió más desafiante; evolucionamos para dar a luz a nuestros bebés en una etapa mucho más temprana de desarrollo para que la cabeza de un recién nacido pudiera pasar con seguridad a través del canal de parto más estrecho. Algunos dicen que, en comparación con otros mamíferos, los humanos nacen solo a la mitad de la gestación, como los marsupiales que completan su desarrollo fuera del útero materno.

Sin lugar a dudas, la compensación biológica de este nacimiento prematuro implica un cerebro subdesarrollado, un bebé inmaduro, indefenso y dependiente.

Comparado con otros mamíferos, el cerebro humano es diminuto al nacer; un mero 25% de su tamaño adulto final. Otros animales tienden a tener cerebros infantiles más grandes para ayudarlos a sobrevivir. Los búfalos, por ejemplo, necesitan poder correr con la manada solo unos minutos después del nacimiento, sus cerebros relativamente maduros los ayudan a correr y responder adecuadamente cuando aparece un depredador.

Pero la madre naturaleza siempre tiene una estrategia de supervivencia. En el caso de los humanos la respuesta es: Mamá y papá. Los bebés (y los niños pequeños) están diseñados para mantenerse cerca nuestro la mayor parte del tiempo, si no todo el tiempo, para protegerse.

Estamos diseñados para formar vínculos seguros por una razón: para que nuestra especie sobreviva y prospere. En consecuencia, nuestras interacciones con nuestros hijos, ya sean positivas o negativas, afectan la forma en que crecen sus cerebros.

El Instituto Nacional de Salud Mental sugiere que el cerebro no madura completamente hasta mediados de los 20 años. El lóbulo frontal, responsable del juicio, la planificación, la evaluación de riesgos y la toma de decisiones, es la última región en completar el desarrollo alrededor de los 30 años.

Esto para nosotros, los padres, significa que debemos ser pacientes y compasivos con nuestros hijos. Que los niños a menudo son incapaces de cumplir las expectativas poco realistas que ponemos en ellos. Significa que no importa cuán inteligente creamos que es nuestro hijo de 5 años, no importa cuánto deseemos que pueda racionalizar y razonar, simplemente no tiene el cerebro de un adulto. Podemos esperar que los niños se comporten con autodisciplina y autocontrol, pero hasta que sus cerebros maduren, es nuestra responsabilidad guiarlos (y «prestarles» nuestra corteza prefrontal hasta que la suya madure).

¿Cómo la crianza positiva fomenta el desarrollo saludable del cerebro?

Como especie, somos adaptables precisamente porque estamos inacabados al nacer. Los niños “construyen” un cerebro que se adapta mejor al entorno que experimentan. La asombrosa cantidad 790 conexiones neuronales se forman en el cerebro cada segundo, lo que equivale a más de mil billones de conexiones para el tercer cumpleaños de un niño.

Pero el proceso de desarrollo del cerebro no termina a los tres años; cuando los niños llegan a la adolescencia, el número de conexiones neuronales se reduce a la mitad de mil billones a quinientos billones en un proceso llamado poda neuronal.

Entonces, ¿por qué el cerebro crearía más conexiones de las que necesita, solo para descartar las extras?

La respuesta está en la interacción de factores genéticos y ambientales. Si bien la genética proporciona un modelo, es el entorno de un niño y sus experiencias las que llevan a cabo la construcción, formando el cableado esencial del cerebro. El uso repetido de caminos particulares fortalece las conexiones individuales.

La fuerza de las conexiones es vital en el desarrollo de habilidades de regulación emocional. Por eso es fundamental que proporcionemos a nuestros hijos experiencias que contribuyan a un desarrollo cerebral saludable. Por ejemplo, un niño que experimenta un estrés excesivo desarrollará  más la parte del cerebro responsable de la respuesta de lucha, huida y congelación (tronco encefálico). Es más probable que estos niños se conviertan en adultos con trastornos de ansiedad y estrés, porque ha aprendido a sobrevivir en alerta máxima.

En contraposición, un niño que experimenta cariño y capacidad de respuesta puede dedicar su energía a desarrollar la parte del cerebro responsable de la regulación emocional (la corteza prefrontal). Es más probable que estos niños se conviertan en adultos tranquilos y emocionalmente estables. ¿Por qué? Porque sus primeras experiencias de interdependencia y capacidad de respuesta sugieren que su mundo es seguro y que pueden confiar en quienes los rodean.

Cuando trabajamos la empatía, los bebés y los niños pequeños se convierten en niños que naturalmente confían en el mundo. Y los niños confiados se sienten preparados a la hora de aventurarse y explorar de forma independiente. Así es como se desarrolla la verdadera independencia.

¿Por qué los niños pequeños necesitan crisis?

Los niños pequeños acumulan hormonas del estrés a medida que se enfrentan a los desafíos de la vida diaria. Pero la parte del cerebro que les permite expresar emociones fuertes verbalmente (la corteza prefrontal) aún no está completamente desarrollada. Esto significa que los niños pequeños pueden experimentar una emoción intensa, pero no tienen la capacidad de verbalizarla ni de lidiar con ella.

Entonces, la madre naturaleza diseñó a los niños pequeños con un método infalible para liberar la sobrecarga emocional: crisis (o berrinches).

Nuestros hijos no disfrutan de las rabietas. No “hacen” una rabieta intencionalmente para manipularnos. Las rabietas están fuera del control consciente de un niño pequeño.

Cuando las emociones los abruman, su cerebro no puede mantener un control racional, y para restablecer el equilibro necesitan liberar sus sentimientos y frustraciones.

Mirándolo desde este punto de vista, las rabietas son una oportunidad para conectarnos y profundizar la confianza que nuestros hijos ya tienen en nosotros.

Las rabietas son una oportunidad para aprender como padres, para profundizar, apoyarse y ayudar a nuestro hijo en la forma que necesita. Es una oportunidad para mejorar nuestro rol como padres/madres.

¿Cuál es la mejor manera de lidiar con una rabieta?

En primer lugar, recordemos que una rabieta no es un reflejo de nosotros mismos. Repitamos esto: la rabieta de nuestro hijo no es un reflejo nuestro o de su crianza. Lo que es un reflejo de ti es tu respuesta a la rabieta. ¿Podemos encontrar el coraje para ignorar a las expectativas culturales y ser la calma en la tormenta de nuestro hijo? No podemos controlar a otra persona, pero podemos elegir nuestra respuesta.

Recuerda que las rabietas son normales y son saludables.

Tomar una respiración profunda. Cerrar los ojos por un momento si es necesario. Hacer lo que haya que hacer para centrarnos. Somos nosotros la brújula de nuestro hijo. Somos su guía; necesitan sentir la seguridad de que estamos a cargo, que los respaldamos y que pueden confiar en nosotros cuando sienten que se están ahogando en un mar de emociones salvajes.

Sentémonos pacientemente con nuestro hijo.

¿Qué necesidades insatisfechas podrían ser la base de sus emociones fuertes? Digamos lo que vemos, sin juzgar.

Démosle palabras para que puedan entender sus emociones. “Estás tan molesto. Pareces triste. Estás llorando…”

Recordemos, esto no se trata de nosotros.

De nada sirve racionalizar o usar la lógica, créeme lo intentado… el cerebro de nuestro hijo es todo emoción en este momento. Primero conectemos a nivel emocional y luego, una vez que esté tranquilo/a, resolveremos el problema juntos.

Al reconocer sus enojos y frustraciones, aceptar sus emociones y darles un poco de tiempo,  estamos fortaleciendo la creencia de nuestro hijo de que el mundo es un lugar seguro. Que nosotros como padres los aceptamos y los amamos incondicionalmente. Que no existen las “buenas” o las “malas emociones”. Que les ayudaremos a regular sus emociones y explorar sus sentimientos sin importar cuán desordenados puedan estar.

Un libro que nos encanta a los niños y a mí, es El Mounstro de Colores que puedes conseguir en Amazon. El primero es una opción con Pop-Up y el segundo la versión ilustrada.

Por qué debemos abandonar la disciplina tradicional?

El enfoque convencional puede sugerir una penitencia,  una amenazar o castigarlos de alguna manera arbitraria. Si nuestra intención es educar abordaremos la situación de una manera; si nuestra intención es castigar, lo que haremos es dañar. Aprender a manejar estas situaciones es una amabilidad sin perder por ello firmeza. Cuando uno ocupa la culpa y castigo hay dureza, desde ahí no puede crecer nada bueno.

Porque cuando los niños pequeños se sienten abandonados, ignorados e invalidados, se vuelven ansiosos. La rabieta puede detenerse temporalmente, pero corre el riesgo de crear una profunda inseguridad a largo plazo.

Si no contamos como un «fracaso» el hecho de tropezar mientras aprenden a caminar,  ¿por qué lo tomamos con dureza cuando tropiezan con su crecimiento emocional?

La disciplina tradicional se ha convertido en sinónimo de castigo. Al preguntar a otros padres cómo definían la disciplina el concepto es «entrenar a las personas para que obedezcan las reglas o un código de comportamiento, utilizando el castigo para corregir la desobediencia». Pero el significado original de la palabra proviene de sus orígenes latinos, que significa «instrucción». Y disciplina deriva de la palabra latina discere, que significa ‘aprender’.

Las técnicas tradicionales de disciplina son, desde mi punto de vista, una forma perezosa de lidiar con el comportamiento incomprendido, que en la mayoría de los casos se deriva de la necesidad válida e insatisfecha de un niño. También ponemos la mayor parte de la responsabilidad en el niño y muy poca en nosotros los padres.

Todos los días, de cien maneras, nuestros hijos preguntan:¿Me ves? ¿Me escuchas? ¿Importo? Su comportamiento a menudo refleja nuestra respuesta.

La compasión y la orientación empática ayudan a los niños pequeños a desarrollar un cerebro que puede regularse emocionalmente en unos pocos años. Alrededor de los seis años, el sistema nervioso de un niño está casi completamente cableado. Se establece la capacidad de confiar, calmarse y empatizar.

Los niños que han tenido padres compasivos, receptivos y positivos llegarán a comprender y autorregular sus emociones la mayor parte del tiempo. Se sentirán seguros. Construirán vías neuronales dentro del cerebro para entregar bioquímicos calmantes que ayudan a regular emociones como el miedo y la ira. Se convertirán en adultos que se sienten cómodos consigo mismos y con las emociones de otras personas, por lo que podrán conectarse profundamente con los demás.

Puede sentirse abrumador en el momento con un niño que está haciendo un berrinche, pero consolémonos sabiendo que el esfuerzo y los sacrificios que hagamos valen la pena. Dentro de unos años, nuestros hijos no recordarán lo que dijimos, pero recordarán cómo los hicimos sentir.

Si quieres profundizar en otros hábitos de crianza saludable te invito a leer «La importancia de los hábitos» o a participar de un curso online de hábitos viajeros en donde profundizamos en una crianza menos tradicional.

Nuestra forma de vivir está moldeada por nuestra mente, nos convertimos lo que pensamos, acabamos viendo según pensamos. Por ello nuestros hábitos de pensamiento son de vital importancia. Los hábitos con mentalidad viajera pueden ayudarnos como padres a fomentar la curiosidad, el aprendizaje y la empatía en los niños, lo que les permitirá desarrollar una mente más abierta y prepararse mejor para el futuro en un mundo cada vez más globalizado y cambiante.

Nuestra casa es un reflejo de nuestro orden, nuestro cuerpo, un reflejo de nuestros hábitos alimenticios, nuestros ahorros un reflejo de la economía personal. Nuestros hábitos de pensamiento y los hábitos de acción son el reflejo de nuestra forma de ver el mundo, influyendo en nuestras decisiones y comportamientos en el día a día.

Cambiando nuestra forma de pensar, nuestros hábitos y nuestra forma de ver el mundo podemos cambiar nuestra vida y la de nuestros hijos positivamente.

La importancia de los hábitos viajeros en nuestra forma de ver el mundo

No se trata de cambiar quienes somos sino la forma en la que vemos las cosas. Imagínate que te pones unas gafas oscuras y te olvidas que las tienes, así vemos el mundo. Mientras no cambiemos la forma de observar no veremos una realidad diferente.

Nos convertimos en nuestros hábitos de pensamiento, desarrollamos nuestras creencias y moldeamos con ella nuestra percepción del mundo.

Tenemos que reinventar nuestra forma de mirarnos y mirar hacia afuera. Lo importante no es lo que esta atrás ni adelante sino lo que está dentro de nosotros.

Así como una computadora necesita actualizaciones para funcionar mejor, nuestra mente también necesita actualizarse para tener una perspectiva más clara y positiva. Los hábitos de pensamiento viajero son el medio para actualizar nuestra mente y cambiar la forma en que vemos el mundo. Al igual que una CPU, si no actualizamos nuestro sistema operativo, nuestra mente se volverá obsoleta y no funcionará en sintonía con nuestras oportunidades.

Actualizar nuestro sistema operativo mental

Los hábitos determinan nuestra forma de ver el mundo. Al actualizar nuestro sistema operativo, es decir, nuestra forma de pensar y actuar en la vida podremos cambiar la forma de observar. Un sistema operativo viejo es una forma útil de entender cómo los hábitos pueden cambiar nuestra forma de ver el mundo al actualizar nuestra forma de pensar y actuar en la vida.

Si seguimos con la analogía de la computadora, es como si actualizáramos el sistema operativo de la computadora para que funcione mejor y más eficientemente. De la misma manera, al establecer hábitos positivos, estamos actualizando nuestro sistema operativo mental para que funcione mejor y más eficientemente, lo que nos permite tener una mejor perspectiva del mundo y ser más resilientes ante los desafíos de la vida.

En la crianza de los niños, podemos pensar en su mente como un sistema operativo que necesita nutrirse con “actualizaciones” basadas en experiencias, pensamientos y hábitos positivos para desarrollar su potencial y transformarse en la mejor versión de ellos mismos, proporcionándoles herramientas para adaptarse y enfrentar desafíos en el futuro.

Adoptar una mentalidad con hábitos viajeros

La experiencia me enseñó que aunque parezcan hábitos pequeños, sostenidos en el tiempo se pueden alcanzar grandes resultados.

Como propone James Clear en su libro «Hábitos Atómicos» , un cambio de un 1% por día resulta en un 370% de mejora al año.

¿Cuál es el paso, por más pequeño que sea, que estamos dispuestos a dar?

Crea una visión ilusionante y encontrarás la fuerza. Es fácil pasar por alto una mala decisión, pero la acumulación de un 1% de errores y malos hábitos con excusas resulta en un mal estilo de vida. A la larga la calidad de vida resultara en base a nuestros hábitos.

Como veas el futuro determina como vives el presente.

Conforme pasa la vida nos damos cuenta del valor de los hábitos positivos y el costo de los hábitos negativos, difícil de verlos en la vida cotidiana.

El esfuerzo diario, por mínimo que sea, es infalible. Y si no, como dijo Mario Alonso Puig, “preguntad a un marino si cambiar todos los días un grado no te lleva a otro destino”.

Metas y sistemas para adoptar hábitos perdurables

Las metas proporcionan una dirección clara y un propósito, mientras que los sistemas proporcionan la estructura y los procesos necesarios para alcanzar esas metas.

El objetivo de adoptar hábitos viajeros es transformar los buenos en una parte natural y automática de nuestra vida, en lugar de esforzarnos por mantenerlos constantemente. Por ejemplo: Queremos ver nuestra casa más ordenada, pues ordenar la habitación no es perdurable, adoptar un sistema que la mantenga ordenada es la solución.

Aplicándolo a los hábitos viajeros, por ejemplo, si queremos que nuestros hijos desarrollen el pensamiento crítico debemos implementar un sistema de hábitos que fomenten la curiosidad, promueva la reflexión, estimule el debate, y los ayude a entender cómo interpretar críticamente noticias y situaciones injustas del mundo.

 Te invito a leer la nota “Es un mundo hermoso y los niños deben saberlo donde analizo cómo la forma en que le hablamos a los chicos sobre las tragedias del mundo repercuten en su forma de ver las cosas. Las conversaciones honestas, realistas pero positivas son sin duda un hábito esencial en la crianza de nuestros hijos.

Los hábitos viajeros

Cuáles son los principales hábitos viajeros que mejorarán nuestra vida y la de nuestros hijos? Aquí te contamos alguno de los hábitos más importantes según nuestra filosofía de vida.

Conocer lugares nuevos

Esta actividad puede ayudar a expandir nuestra mente y aumentar nuestra curiosidad por el mundo. Al hacerlo, tanto nosotros como nuestros hijos aprenden sobre diferentes culturas, costumbres y formas de vida, lo que ayuda a desarrollar una mayor empatía y comprensión hacia las personas de diferentes orígenes y contextos.

Sorprenderse todos los días

La capacidad de sorprenderse nos puede ayudar a padres e hijos a mantener viva la creatividad y la imaginación. Al fomentar la sorpresa y la emoción en la vida diaria, aprendemos a apreciar y encontrar belleza en las cosas más pequeñas y cotidianas, lo que puede ser una habilidad valiosa para cultivar durante toda la vida.

Hablar con extraños

Si se hace de manera segura y apropiada, hablar con extraños puede ayudarnos a desarrollar habilidades sociales y de comunicación. Esto puede ser especialmente importante en el mundo de hoy, donde la comunicación digitalizada ha convertido nuestra forma de relacionarnos.

Confiar en tus instintos

Fomentar la confianza en uno mismo y la toma de decisiones informada es una habilidad importante tanto para nosotros los adultos como para los niños a medida que crecen. Al alentar a los niños a confiar en sus instintos, aprenderán a confiar en su propio juicio y tomar decisiones más informadas y seguras.

Decir que sí

Decir sí a nuevas experiencias y oportunidades ayuda a grandes y niños a expandir horizontes y descubrir nuevas pasiones y talentos. Al fomentar un sentido de aventura y curiosidad, los ayudamos a desarrollar una actitud positiva y proactiva hacia la vida.

Administrar recursos

Enseñar a los niños a administrar recursos de manera efectiva, como el dinero, el tiempo y la energía, es una habilidad valiosa para su futuro. Los ayudamos a desarrollar una mentalidad más responsable y ahorrativa, que será útil en muchos aspectos de su vida.

Prescindir de lo innecesario

En un mundo cada vez más consumista, fomentar la capacidad de prescindir de lo innecesario es una habilidad importante para los niños y para nosotros los padres. Aprender a priorizar y apegarse a las cosas que son realmente importantes, nos ayuda a desarrollar una mentalidad más sencilla, sostenible y consciente.

Ser proactivo

Podemos afirmar como viajeros experimentados, que ser proactivos es tomar la iniciativa de aprovechar al máximo cada experiencia y esforzarse para crear experiencias únicas e inolvidables. Aprender y enseñar a tomar la iniciativa y ser responsables de nuestra propia vida. Con este hábito podemos ayudar a nuestros hijos a desarrollar una actitud más independiente y exitosa en el futuro.

La esperanza

En nuestro curso de Hábitos viajeros profundizaremos en cada uno de ellos y brindaremos herramientas para ejercitar los hábitos día a día, incorporarlos sin dificultad y lograr aquello que nos proponemos.

La importancia de los hábitos viajeros en la crianza de nuestros hijos

Los hábitos de pensamiento se convierten en una especie de filtro a través del cual percibimos la realidad.  Nos condiciona a interpretarla de una manera particular y única. Los hábitos en los primeros años de vida son de vital importancia, ya que se convierten en creencias y certezas absolutas, lo que afectará su forma de actuar, de ver el mundo y de tomar decisiones.

Viajar, o adoptar hábitos viajeros es una oportunidad para que los niños descubran nuevas culturas, formas de vida y perspectivas, les ayuda a desarrollar su propia identidad y visión del mundo. Además de aprender nuevas habilidades, enfrentar desafíos impredecibles y desarrollar su creatividad e imaginación.

Como padres, es nuestra responsabilidad dar el ejemplo y convertirnos en modelos positivos para ellos. Al fomentar buenos hábitos desde temprana edad, podemos ayudar a nuestros hijos a desarrollar un sentido de responsabilidad, empatía y respeto por sí mismos y por los demás.

Los niños aprenden mucho al observarnos, de aquí la importancia de los hábitos y comportamientos positivos que comienzan con el ejemplo. Aplicando estos hábitos de pensamiento viajero los ayudaremos a desarrollar hábitos positivos a medida que crezcan.

Te contamos cuáles son las motivaciones que nos impulsan a viajar con nuestros hijos pequeños y esperamos motivarte a que lo hagas sin esperar algún «mejor momento en tu vida»… Cuando nacen nuestros hijos muchos pensamos que se acabaron los tiempos de viajar, sin embargo, comprobamos lo contrario… Aunque hay cientos de motivos te damos las 8 razones más motivadoras para hacerlo.

Educación

Viajar con nuestros hijos es la mejor experiencia educativa que podemos darle. Inspira nuevos intereses y pasiones que jamás descubrirían en un aula.

Se aprende de naturaleza, geografía, cultura, gastronomía, biología, ética y tantas otras materias directamente de la experiencia propia.

La educación tradicional en la escuela no trabaja experiencias reales y se convierte en una reproducción teórica. Sin embargo, desde mi punto de vista, no significa que deba ser totalmente abandonada. En esta nota te explico porqué la educación tradicional debería ser un complemento a la educación viajera / worldschooling.

Apertura de mente

Viajar ayuda a romper prejuicios y preconceptos. Muestra el mundo real tal como es. Se muestra si diversidad, las opciones, las diferencias de color, de pensamiento, de forma de vida. Abre un aspecto inmenso a los niños para que sepan que no hay un formato único ni una sola forma de vivir.

Descubrimiento

Descubrir experiencias nuevas constantemente fomenta el uso de la pasión y el instinto.
A tato le encanta escalar montañas y sacar fotos, no lo hubiéramos descubierto si no lo llevábamos a hacerlo. Cada vez que llegamos a la cima grita feliz «El mejor viaje del mundo» y cantamos canciones inventadas de aventura.

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Recuerdos

Pueden pensar que siendo niños pequeños, no van a recordar nada de lo que vieron o hicieron en un viaje, sin embargo sus emociones quedan grabadas en su memoria interna. Además, hoy mas que nunca tendrán a disposición miles de fotos y videos que lo ayuden a rememorar; difícilmente haya niños de generaciones anteriores con tantos recuerdos al alcance de su mano.

Nuestro INSTAGRAM familiar refleja un poco este estilo de vida que elegimos hace más de 18 años.

Confianza y sociabilidad

Crecerán sintiéndose cómodos en cualquier lugar y serán ciudadanos del mundo.
No importa que idioma hablen o religión profesen los niños son niños en todo el mundo y encontrarán las forma de comunicarse para jugar.

Crecen rápido, disfrutemos el aquí y ahora

Los niños crecen mas rápido de lo que nos damos cuenta, ya pronto preferirán quedarse en casa solos o viajar con sus amigos. El plan de estar tanto con mamá y papá no será el mejor del mundo como los primeros 10 años. Y es entonces cuando ellos forman su personalidad, aprenden como esponjas y afianzan su confianza en sigo mismos y con nosotros.

Desconexión – Conexión

Cuando viajamos nos conectamos con el aquí y ahora. Los acontecimientos diarios son una actividad en si misma y no una rutina aburrida que tiene su estructura como en casa. «Apúrate que llego tarde», «Ahora no puedo, estoy trabajando», «Hay que hacer las compras de la semana para lo tener que cocinar» son frases que usamos cotidianamente en nuestro día a día y se vuelven obsoletas cuando viajamos, porque lo único que importa ahora es el Aquí y Ahora y disfrutar el momento.

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Despertar nuestro niño interno

Viajar es para un adulto volver a ser niño: todo lo que vemos es nuevo, sorprendente y emocionante. Las acciones básicas como dormir y comer se vuelven significativas en tu día y el entretenimiento se encuentra en las cosas mas simples. Descubrimos, aprendemos y muchas veces nos metemos en un juego que nos desconecta de las responsabilidades de adultos a las que estamos acostumbrados. Cómo dijo San Agustín, «El mundo es un libro y aquellos que no viajan leen solo la primera página» y a nuestros niños hay que contarles el cuento completo e incluso pedirán otro más.

Cuáles son vuestras motivaciones? Me encantaría que compartas en los comentarios tus razones para viajar con niños.

Quiero contarte  porqué existe El mundo como escuela. Porqué dejé mi carrera como Licenciada en Relaciones Públicas y Diseñadora gráfica/ web para dedicarme de lleno a este proyecto optimista de formar ciudadanos universales. Reemplacé la pregunta: «Qué es lo mejor para mis hijos?» y encontré la respuesta a cómo criarlos y acompañar su desarrollo sano, feliz y mejor preparados para el futuro. Este descubrimiento y filosofía de vida me llevo a crear esta comunidad de padres consientes. Los hábitos viajeros, mi experiencia, investigación e intuición dieron lugar a esta nueva forma de vida. 

Cómo surgió la necesidad de crear el Mundo como escuela?

Mi enfoque comenzó con mi propia experiencia como viajera y madre dedicada. Al igual que muchas otras familias, enfrenté desafíos únicos mientras criaba a mis hijos en diferentes lugares del mundo. Fue entonces cuando me di cuenta de que necesitaba recursos y comunidad para ayudarme en este viaje. Empecé a compartir mis experiencias en redes sociales y en el blog y rápidamente me di cuenta de que había una necesidad creciente en el cambio de paradigma de la educación tradicional. Decidí expandir mi alcance para ayudar a los padres a criar hijos flexibles, resilientes y mejor preparados para un futuro incierto.

Cuál es mi fundamento para El mundo como escuela?

En el 2022 emigré de Argentina a España buscando un futuro mejor para mis hijos y nuestra adultez. Hasta entonces mi fundamento para irme se basaba en la búsqueda de seguridad, proyección y estabilidad emocional, financiera y social, o sea…una mejor calidad de vida. Una vez instalados en la nueva ciudad, empezamos la búsqueda de colegio para nuestros hijos de 1 y 4 años. Nunca antes nos había tocado decidir sobre su educación fuera de casa y me encontraba con tantas opciones condicionantes que no sabía qué hacer, intentando elegir correctamente lo mejor para ellos; al fin y al cabo vinimos buscando un futuro más prometedor! Analicé todas las opciones: Endeudarme para pagar un colegio privado, inscribirlos a un colegio religioso yendo en contra de mis valores ateos, u optar por un público en el que haya “buen ambiente”. Terminé eligiendo la última opción, pero estuve semanas eternas preguntándome si había tomado la decisión correcta. Nunca lo sabré. Empecé a obsesionarme con la crianza y la educación de mis hijos, pensaba cada uno de los actos diarios como una decisión determinante. Compré muchísimos libros de crianza, me vi mil charlas TED y escuché varios podcast. Necesitaba saber exactamente cómo actuar y cómo tomar las decisiones adecuadas. Pero un día por la mañana, después de dejar a mis niños en el cole, escuché “Quememos los bosques” en el podcast “Aprender de grandes” y me di cuenta que había formulado mal la pregunta desde el momento en que fui madre.

Mi pregunta era: Qué es lo mejor para mis hijos?

Las respuestas: En primer lugar tener libertad de elección y posibilidad de decisión sobre su futuro. Ser felices. Estar más cerca de la naturaleza. Tener posibilidades de desarrollo profesional, vivir sin inseguridad ni tanto estrés, tener mayor estabilidad económica, vivir con reglas claras y respetadas. Mi acción: Emigrar a un país que me brinde la posibilidad de encontrar aquello que busco. En donde la consecución de los logros depende, en gran medida, de mi esfuerzo, mi actitud y mi compromiso. Y aunque lo anterior es totalmente válido, me di cuenta que tanto la pregunta como la respuesta las había formulado yo. Y mis hijos no son yo. Estaba respondiendo únicamente a lo que yo creo que es mejor para mí y mi familia en determinado momento, pero esto no garantiza que sea lo mejor para el futuro de ellos. Tal vez a sus 18 me reclamen por haberlos separado de sus abuelos, se quejen por haber sustituido el asado por la paella o me recriminen por elegir flamenco ante tango. Capaz al sacarlos de Argentina les quité la posibilidad de desarrollar su ingenio criollo que los ayudaría tanto para hacer frente a la vida. Tal vez la afectividad y las relaciones humanas fuesen mejor allá que acá. No lo sé ni nunca lo sabré. Como Andrés se plantea en el capítulo del podcast antes mencionado; mis decisiones puede que disientan de la forma en la que ellos elijan vivir su vida o incluso influyan negativamente en su futuro. Entonces cambié la pregunta, las respuestas y mi accionar.

La pregunta que me hago ahora es…

En vez de “que es lo mejor para mis hijos?”, ahora me pregunto: ¿Qué puedo hacer por mis hijos para ayudarlos a encontrar su verdadero camino, su verdadero propósito y que sean felices con la vida que elijan. Con quien sea, cómo sea y dónde sea. Las respuestas son: Transmitirles valores de empatía y respeto por la diversidad. Predicar que el equilibrio de la humanidad no está en la igualdad sino en entender, valorar y disfrutar las diferencias. Que cada uno es único y eso los hace maravillosos. Enseñarles a ser flexibles. Ayudarlos a sentirse cómodos aun estando incomodos para ser más adaptable a los cambios y estar mejor preparados para el futuro. Reemplazar el miedo por la curiosidad. Acompañarlos a encontrar caminos alternativos. Encarar los cambios como oportunidades. Dar el ejemplo. Mis acciones: Criarlos con hábitos viajeros (que no incluyen necesariamente moverse sino más bien movilizarse). Darles herramientas tanto tradicionales como alternativas complementando su educación tradicional con la filosofía del worldschooling / el mundo como escuela. Viajar por el mundo cada vez que se pueda, perderse en la montaña, conocer culturas. Participar de eventos multiculturales, encuentros o celebraciones. Cocinar juntos comidas de otras partes del mundo. Leer sobre tradiciones y costumbres ajenas. Leer de historia. Mirar mapas. Jugar a los exploradores. Escuchar música nueva. Conocer de religiones.

El motor de El mundo como escuela

Uniendo mi experiencia materna, viajera, la investigación, el amor y la intuición me he dado cuenta que los recursos que aprendí por el mundo me guiarán y ayudarán a acompañar a mis hijos a encontrar su verdadero camino en la vida. Mira que importante hacerse las preguntas correctas para vivir una vida consiente y alineada! Esa es la historia del porqué existe el Mundo como escuela y porqué creo que las preguntas son determinantes en la vida de todos nosotros. Me encantaría que me dejes en los comentarios tu opinión, tus preguntas, tu visión sobre cómo te planteas la crianza de tus hijos para así retroalimentar nuestra experiencia como padres, madres y cuidadores de los adultos del futuro. Creo que a cada persona lo motiva algo diferente, el propósito de cada uno es tan único como cada uno de nosotros; sin embargo, la felicidad de nuestros hijos es sin duda el fin común. Por eso te invito a tí a hacerte preguntas que desafíen tus pensamientos más profundos y a brindar claridad a tu viaje de la vida y la crianza. Puedes descargar nuestra guía gratuita de 25 pequeñas preguntas, que te sorprenderán el gran impacto que tienen. Recuerda que los pequeños cambios conducen logros grandes y duraderos.